Como pocos pensadores políticos contemporáneos, Hannah Arendt rescata las modernas revoluciones como experiencias de poder concertado, de libertad e instauración de lo nuevo. Las modernas revoluciones marcan el camino de una resignificación de lo político, reinstalando desde una perspectiva posfundacional la continuidad llena de conflictos, por cierto, entre revolución y constitución, experiencia de poder e institucionalidad, vida política y norma, ciudadanía activa, participativa y Estado representativo. En el presente artículo me propongo presentar algunos hitos del diagnóstico de la crisis de la política, que para Arendt es de largo aliento y está determinada por el carácter teorético y antipolítico de nuestra cultura. Propongo que en la idea de la revolución de la libertad, encontraremos algunas respuestas ante esta crisis. Teniendo a la vista que el objetivo de toda revolución de la libertad es el de institucionalizar el poder, propongo también que el poder concertado y la libertad que subyacen al concepto de revolución de Arendt, cristalizan en el acto mundano de las ‘promesas mutuas’ que dan origen a una nueva constitución. Esta última se construye sobre la base de la experiencia previa, las prácticas concretas de la comunidad política y los consejos ciudadanos como espacios de institucionalización y multiplicación del poder.
María José López Merino
Código DOI:
10.38178/07183089/1704200118
Páginas: 7-42
Fecha de Publicación:
01-03-2021
Palabras Clave:
Arendt
política
poder
revolución
institución
constitución
consejos
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Estudios Públicos
ISSN Digital
0718-3089
ISSN Impreso
0716-1115
Inicio
1980
Periodicidad
Trimestral
País
Chile
Idioma
Español, Inglés
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