Adam Smith prestó una profunda atención a la brecha entre intenciones y consecuencias. Ello le permitió desplegar un modo de institucionalismo psicológico, una dirección institucional de las pasiones, que promovía el desarrollo de incentivos para generar beneficios sociales. El autocontrol (self-command) es la virtud fundamental para lograrlo, pues modula aspectos como el interés propio o el deseo de aprobación. Sin embargo, las consecuencias no intencionales de la acción eran inevitables. La ciencia legislativa smithiana estaba dedicada a mejorar la capacidad del legislador para anticipar tales consecuencias, a veces positivas a veces negativas. Las primeras se expresan con claridad en la metáfora de la mano invisible; varias de las negativas son formuladas en RN y se relacionan con la acción gubernamental. El artículo concluye que ciertos problemas son más benignos que otros, y para Smith los que nos presenta la sociedad comercial son preferibles a cualquier otra alternativa.
Jerry Z. Muller
DOI:
10.38178/07183089/1440240507
Páginas: 231-249
Fecha de Publicación:
29-07-2024
Palabras Clave:
¿Cómo citar este artículo?
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Muller, J.Z. 2024. Pensar como Adam Smith: carácter, institucionalismo psicológico y consecuencias no intencionales. Estudios Públicos. 002 (jul. 2024), 231-249. DOI:https://doi.org/10.38178/07183089/1440240507.